Efesios 6: 12,13

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto tomad toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y habiendo acabado todo estad firmes”. Efesios 6: 12,13.

El ser humano libra todos los días una verdadera batalla espiritual. La guerra no es contra sangre ni carne o contra lo que se ve. Es contra poderes invisibles, muy dañinos, que se encuentran fuera o dentro de nosotros. La amargura, el resentimiento, la ira, la envidia, la pereza, el rencor, las adicciones, la pornografía, la infidelidad son huestes espirituales de maldad que procuran aniquilarnos. Dios nos llama y nos advierte que debemos prepararnos para la guerra.  Y esa batalla se gana con fe, oración y obediencia a la Palabra de Dios. Si resistimos al diablo con la armadura que Dios nos da él huirá; sin embargo, en determinado momento, volverá porque es audaz y persistente y su misión es que nos rindamos a él. Póngase la armadura y resista al diablo.  Nunca debemos olvidar que el Señor ya lo derrotó  en la cruz del calvario. Satanás no tiene poder; solo cuando la persona es débil en su fe comienza a ganar terreno y a causarle daño. Recordemos que somos más que vencedores en Cristo Jesús. Confiemos en Él y Él hará proezas en nuestro favor.

Que el Señor los bendiga.