Efesios 6: 2, 3, 4

“Honra a tu padre y a tu madre que es el primer mandamiento con promesa: para que te vaya bien y seas de larga vida sobre la tierra. Y vosotros padres no provoquéis a ira a vuestros hijos sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. Efesios 6: 2, 3, 4.

Nuestro Dios es el Dios de las familias. Ellas nacieron en su corazón y son parte de un plan perfecto para extender su Reino y proclamar su Palabra. El anhela que el corazón de los padres se vuelva hacia los hijos y que el corazón de los hijos se vuelva hacia los padres y que la comunicación entre ambos sea para edificación. El Señor desea familias unidas en amor, armonía, respeto y temor a Dios. El Padre establece una promesa de éxito y larga vida para los hijos que honran y aman a sus padres y a los progenitores les advierte que deben proceder con sabiduría y amor, en la relación con los hijos, para evitar la rebeldía y la contienda en la comunión entre ambos. El Señor nos dice en su Palabra: ¿acaso hay algo imposible para mi?; por lo tanto, si su familia está en problemas, entréguesela al Señor porque Él puede restaurarla y levantar algo nuevo de aquello que, aparentemente, estaba perdido.

Que el Señor los bendiga.