Levantar alas como águilas...

Lucas 19: 41, 42, 43, 44

31.08.2009 11:20

“y cuando llegó cerca de a ciudad, al verla lloró sobre ella diciendo: ¡Oh, si también tu conocieses a lo menos en este tu día lo que es para tu paz!. Mas ahora está encubierto de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti cuando tus enemigos te rodearán con vallado y te sitiarán. Y por todas partes te estrecharán y te derribarán a tierra y a tus hijos dentro de ti y no dejarán en ti piedra sobre piedra. Por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”. Lucas 19: 41, 42, 43, 44.

 

Antes de su entrada triunfal a Jerusalén, sobre un asno, Jesús se detuvo y lloró. Estaba entristecido porque pese a sus enseñanzas y a sus milagros muchos de sus moradores lo negaban y no lo reconocían como el Hijo del Dios Altísimo quien vino a enseñar sobre paz, gozo, arrepentimiento y salvación. En ese momento, Jesús profetiza sobre quienes están cegados por la incredulidad. Las palabras de Jesús son muy fuertes y anuncian el día malo al cual todos nosotros estamos expuestos. Quienes enfrentan las pruebas sin la ayuda y la presencia del Espíritu Santo de Dios se derrumbarán, sufrirán grandes tribulaciones y sus familias serán seriamente afectadas por el pecado de los padres. Al igual que los fariseos, hoy hay muchas personas que no creen que el Señor Jesús es el Hijo de Dios. Muchos hombres y mujeres no claman a Dios para que la presencia de su Santo Espíritu descienda sobre ellos y, como consecuencia, el pecado causa estragos en sus vidas. Recordemos las palabras proféticas de Jesús y que sea el amor por nuestras familias el sentimiento que nos lleve a buscarlo y anhelar el tiempo de su visitación.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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