Levantar alas como águilas...

Lucas 6:19

14.04.2010 12:20

"Y toda la gente procuraba tocarle porque poder salía de Él y sanaba a todos". Lucas 6:19
 
Hoy no podemos tocar a Jesús con nuestras manos como miles de años atrás otras personas si lo hicieron.  Quienes estaban enfermos y tenían fe en Él, pues creyeron que era el Hijo de Dios, lograban recuperar la salud de inmediato cuando Jesús imponía sus manos sobre ellos o enviaba su Palabra hasta el lugar donde se encontraban. Esos impresionantes milagros hicieron que muchos tuvieran una conversión genuina. Sin embargo, otros creyeron que el Señor era un mago y que utilizaba trucos de magia para sanar; esos jamás creyeron que Jesús era Dios hecho hombre y que, en un futuro no tan lejano, entregaría su vida en una cruz para el perdón de nuestros pecados. Si bien es cierto no lo podemos tocar físicamente podemos llegar a Él con nuestras oraciones las cuales son igualmente efectivas. Está escrito que si clamamos entonces Él nos responderá y que, de acuerdo a sus riquezas, está dispuesto a darnos todas las cosas. La enfermedad es una de las pruebas que más utiliza satanás para debilitar nuestra fe. Muchos enfermos oran y oran por sanidad y, muchas veces, el estado de salud de la persona empeora; es entonces cuando comienzan a percibir las acechanzas del diablo y ese cochino demonio comienza a decirle a la persona que Dios es una farsa y que no existe. Muchos han caído en los lazos del cazador y se han alejado de quien todo lo puede; pero, permanecen quienes están firmemente parados en su Palabra y al igual que Jesús resisten la tentación declarando lo que está escrito. Dios sana en el momento en que así lo crea conveniente; mientras tanto, sus verdaderos hijos creen plenamente en la certeza de lo que esperan y en la convicción de lo que aun no ven. Tenemos que llamar las cosas que no son como si fueran. Así es que si estamos enfermos confesemos que Dios nos sanará pues Él cumple sus promesas y nunca se arrepentirá de hacerlo. Si mantenemos firme nuestra fe satanás se estrellará contra una roca y tendrá que huir avergonzado. Clamemos al Espíritu Santo de Dios para que nuestra fe crezca y que contra viento y marea continúe aumentando. El Señor es fiel y para siempre es su misericordia.

 

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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