Levantar alas como águilas...

Nehemías 1:3,4

30.07.2009 08:38

“Y me dijeron: el remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta y el muro de Jerusalén derribado y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté y lloré e hice duelo por algunos días y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”. Nehemías 1:3,4.

 

Nehemías fue un hombre sencillo; fue el copero del rey pero lo que lo hizo diferente fue el hecho de que conocía a Dios y confiaba en Él.  Cuando recibió tan malas noticias, Nehemías no se desesperó ni corrió en busca de soluciones naturales. Él optó por lo sobrenatural. Se sentó, es decir mantuvo la calma, lloró que es lo que suele ocurrir cuando las malas noticias nos entristecen; ayunó o se privó de sus deleites, estaba totalmente concentrado en lo que estaba por venir.  Se postró ante el Dios de los cielos y oró es decir pasó largo tiempo conversando, con quien todo lo puede, explicándole sus preocupaciones. Con esa actitud, Nehemías, obtuvo una respuesta del Señor. Se levantó con un liderazgo que hizo historia y, en un tiempo record, logró levantar el muro que rodeaba Jerusalén en 52 días. Dios trabaja por medio de su pueblo, por para lograr hazañas que, ante los ojos del hombre, parecían imposibles. Actúe como Nehemías: no se precipite ante las malas noticias. Deténgase y hable con Dios antes de tomar malas decisiones. Él le dará las fuerzas, el poder, la dirección  y la sabiduría que necesita para alcanzar la victoria ante la adversidad. ¡Pruébelo!

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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