“Él es el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”. Salmo 103:5
Recordemos que toda palabra que sale de nuestra boca es de vida o muerte, de edificación o de destrucción. Así es que pidámosle a Dios que nos de sabiduría para hablar la palabra correcta.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica