“Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo sus sombras me protegerá. Me pondrá a salvo sobre una roca”. Salmo 27:5
Es maravilloso saber que Él nunca nos abandonará; por el contrario; siempre está pendiente de nuestras necesidades y extiende su brazo para ayudarnos.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica