“Estad quietos y conoced que yo soy Dios”. Salmo 46:10
Ocho palabras de gran poder. Muchas veces nos desesperamos para encontrar soluciones. Hacemos llamadas, consultamos a más de una persona, nos ofuscamos y, en muchas ocasiones, la ansiedad del momento nos hace tomar decisiones equivocadas. Mientras tanto, Dios está cerca esperando que le contemos a Él lo que nos está ocurriendo. Él, quien tiene la respuesta, muchas veces es olvidado. Sin embargo, Él nos tiene paciencia y espera que clamemos a Él porque es entonces cuando viene la respuesta sabia y efectiva. No olvidemos que, muchas veces, tenemos que estar quietos, en paz, tan solo es necesario escuchar la voz de Dios para encontrar la solución.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica