1° Corintios 10: 12,13

"Así que el que piensa estar firme mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también, juntamente con la tentación, la salida para que podáis soportar". 1° Corintios 10: 12,13
 

Nadie podrá decir que es lo suficientemente firme como para no caer en la tentación. Como seres humanos somos débiles; pero, Dios nos conoce a la perfección y su brazo no se ha acortado para sostenernos y ayudarnos. Él sabe que sucumbimos al pecado pues, en algunas ocasiones, Satanás nos atrapa en sus redes. No necesarimente tenemos que caer en situaciones verdaderamente dolorosas para considerar que hemos fallado. La indiferencia, una mala actitud, un gesto ofensivo, una palabra hiriente, el sarcasmo son suficientes para reconocer que nuestra conducta no agrada a Dios. La Palabra del Señor nos advierte que debemos resistir al diablo para que huya de nosotros; de lo contrario, las trampas que él nos tiende para involucrarnos en conductas inadecuadas se irán haciendo costumbre hasta convertirse en verdaderos hábitos por los cuales seremos reconocidos. Sin embargo, los débiles se convertirán en verdaderos hombres y mujeres de guerra cuando toman la decisión de aceptar al Señor en sus corazones. Los demonios tiemblan cuando la Palabra de Dios es declarada por quienes hemos creído que el Señor es nuestro escudo y nuestra fortaleza. El conocimiento de la Palabra de Dios, nuestra madurez espiritual, la vinculación íntima con su Santo Espíritu nos brindará el poder y la autoridad que necesitamos para resistir las tentaciones; ya no estaremos coqueteando con el pecado; por el contrario, adoptaremos un estilo de vida que nos acercará al Señor y, como consecuencia, estaremos cada vez más alejados de todas aquellas conductas que tanto le desagradan.