1° Pedro 4:7

"Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues sobrios y velad en oración". 1° Pedro 4:7
 
El Señor ha prometido que volverá por su pueblo. No lo ha hecho aun porque su anhelo es que todos sean salvos y que ninguno se pierda. Es por eso que quienes conocen al Señor tienen la obligación de compatir su conocimiento con las personas que, por desconocimiento, viven en pecado constante. 

El Señor vendrá sin avisar; aparecerá de repente como un ladrón en la noche y los que están listos para recibirle serán levantados con Él y serán librados de la gran tribulación anunciada en los textos bíblicos. Él nos dice que debemos ser sobrios; en otras palabras, debemos tener dominio propio y administrar, con sabiduría, la libertad o el libre albeldrío que nos dió para no caer en el pecado. Por ese motivo, no debemos sumirnos en el letargo o en el adormecimiento creyendo que todo marcha bien en nuestras vidas.

Con frecuencia decimos que somos buenos y que no le hacemos daño a nadie; eso es una mentira porque en nuestra naturaleza adámica nos inclinamos, peligrosamente al pecado. Es necesario resistir al diablo y logramos vencerlo cuando desarrollamos una relación permanente con Dios; hagamos un análisis introspectivo de nosotros mismos y reconozcamos que, en nuestra vida, no todo marcha bien; seamos valientes y dejemos de ocultar nuestra realidad.

Cada quien sabe que es lo que no agrada a Dios. En total sumisión a Él, doblemos nuestras rodillas y pidamos perdón por nuestras ofensas y entreguemos esa carga que en forma frecuente se repite para que Él venga a liberarnos de ella. Oremos sin cesar porque Él viene pronto.

Que el Señor los bendiga.