Levantar alas como águilas...

2 Crónicas 26:16

07.12.2009 07:17

"Mas cuando ya era fuerte su corazón se analteció para su ruina porque se rebeló contra Jehová, su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso". 2 Crónicas 26:16
 
El texto se refiere al Rey Uzías, rey de Judá. Era muy joven cuando fue coronado rey y siempre buscó la dirección de Dios el cual siempre lo favoreció y lo levantó como un poderoso guerrero quien siempre defendió al pueblo de Dios. Sin embargo, cuando Uzías reconoció que su fama se había extendido y se le reconocía como un rey que obtenía siempre la victoria se llenó de orgullo y soberbia y se le olvidó que el poder y la fama se la había concedido Dios. Incluso llegó a rebelarse abiertamente contra Él cuando entró al templo pues ese derecho lo tenían los sacerdotes solamente.

Las personas, muchas veces, actúan como el rey Uzías. Claman a Dios por favores y bendiciones; oran con fervor para que Él les conceda las peticiones de su corazón y cuando, en su tiempo, Dios les responde se llenan de gozo pero, casi de inmediato, se olvidan de Él. Dios responde porque es un Dios de amor y misericordia; sus hijos son su especial tesoro pero, muchas veces, son  malagradecidos. Creen que sus logros son producto de su propia capacidad; que las personas los admiran y los respetan porque son "muy carga" y, como Uzías, se transforman en seres altivos, soberbios y prepotentes.

El Espíritu de Señor otorga dones a las personas que claman a Dios con corazón humilde. Esos dones son para que estén al servicio de los demás y no para vanagloriarse de ellos. En el Antiguo Testamento, cuando imperaba la Ley, Dios permitió que el Rey Uzías tuviera lepra y murió solo en una casa apartada. Sin embargo, hoy la historia es diferente; la muerte del Señor Jesús en la cruz permite la reconciliación del hombre con el Padre.

Si hay altivez, orgullo, soberbia, prepotencia en la vida de la persona y ésta se arrepiente de su conducta Dios la perdona, se reconcilia con ella y le permite una nueva vida en la cual tiene la oportunidad de alcanzar las promesas y las bendiciones del Padre. Dios es un Dios de nuevas oportunidades; no deje pasar la oportunidad que el Señor le brinda y viva en paz con usted mismo y con los demás.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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