Levantar alas como águilas...

2 Samuel 22:22, 23, 24, 25

02.12.2009 10:56

"Porque yo he guardado los caminos de Jehová y no me aparté impiamente de mi Dios, pues todos sus decretos estuvieron delante de mi y no me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con Él y me he guardado de mi maldad por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia". 2 Samuel 22:22, 23, 24, 25.
 
El Rey David habló de esa manera; sus palabras dejan claro que él tomó la decisión de mantenerse en los caminos del Señor. Él puso de su parte para agradar a Dios: el pecado no lo apartó del Señor; se mantuvo en obediencia a su Palabra y procuró hacer lo correcto ante Él. Definitivamente, David, aunque pecador, se esforzó para agradar a Dios y fue recompensado.

Todos nosotros, al igual que David, somos pecadores. Ni una sola persona podría decir que está libre de culpa. Sin embargo, hay una gran diferencia entre quienes han hecho del pecado una forma de vida y aquellos que oran para que el Espíritu de Dios los transforme y los haga mejores personas. Dios amó a David porque cada vez que pecaba se arrepentía profundamente y entonces su vida tomaba otro rumbo.

Ese es el camino que Dios quiere que sigamos; Él nos ha dado libertad y sabe que somos débiles; necesitamos de su fuerza y de su sabiduría y Él está dispuesto a derramarla sobre nuestras vidas. Pero, ¡cuidado! no se equivoque al creer que puede seguir pecando porque hay un Dios bueno que perdona. Recuerde que Dios al que ama disciplina y muchas veces las pruebas son permitidas para formar el carácter del cristiano.

Todos estamos llamados a crecer espiritualmente para que tengamos el privilegio de decir las mismas palabras que, en su momento, expresó el rey David.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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