Levantar alas como águilas...

2 Timoteo 4:7

03.08.2009 16:11

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia la cual me dará el Señor, juez justo en aquel día y no solo a mi sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:7

 

Al final de sus días; a Pablo lo invadió la satisfacción y la seguridad de que cuando estuviera ante la presencia del Señor, en el cielo, el mismo Dios le daría la tan merecida corona de justicia. Pablo, desde que fue escogido por el Señor, se mantuvo en santidad, separado para el servicio,  e inició una carrera sin descanso con el fin de conquistar, para el Señor,  todo el Imperio Romano. Fue un hombre cuyo trabajo extraordinario solo fue posible gracias a la fe. Pablo no se movió por instinto; por el contrario, siempre siguió la dirección que le dió el Espíritu Santo; en él la obediencia al Señor fue incuestionable. Aquel, quien durante muchos años de su vida persiguió y encarceló a los seguidores de Cristo luego fue transformado, por el mismo Señor, en uno de los grandes héroes de la fe.  Pregúntese si recibirá la corona de justicia de manos del Señor cuando esté ante su presencia. Si las dudas lo asaltan, pregúntese también ¿por qué? y si tiene clara la situación que lo separa del Señor ¡entréguesela! Pues Él se encargará de cambiar su lamento en danza.

Soñemos con el día en, al igual que Pablo, recibiremos la corona de justicia de manos del mismo Señor.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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