Apocalipsis 3: 21, 22

"Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias". Apocalipsis 3: 21, 22
 
Jesucristo lanzó una advertencia a su pueblo y sus palabras nos tienen que hacer reflexionar porque de nuestra actitud depende que podamos vivir con Él eternamente. Solo los que logren vencer al pecado podrán sentarse junto al Señor en su trono celestial. Él es nuestro ejemplo y nuestra inspiración y cuando estudiamos su ministerio encontramos los recursos que necesitamos para resistir la tentación.

El conocimiento de su Palabra, la oración, el ayuno, la relación íntima y constante con su Santo Espíritu son las armas espirituales que debemos utilizar para vencer al diablo. Jesucristo venció al mundo y mantiene a Satanás bajo el estrado de sus pies. Siendo hombre logró resistir las embestidas del diablo porque le respondió con la Palabra de Dios y porque el Padre estaba con Él. El diablo huirá de nosotros cuando enfrentemos sus ataques tal y como lo hizo Jesús. De lo contrario, seremos presa fácil del pecado.

Recordemos que, en su segunda venida, Jesús aparecerá sin aviso, "como un ladrón en la noche", y aquellos que se encuentren en pecado, en rebeldía, apartados de sus enseñanzas, se perderán para siempre. Confiemos en el Señor; acerquémonos a Él y su Espíritu Santo nos dará la fortaleza, la sabiduría y el conocimiento que necesitamos para vencer y un día disfrutaremos de su promesa y nos sentaremos a su ladol en su trono.

Que así sea.

Que el Señor los bendiga.