“Cómo águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y tomándolos los llevó a cuestas”. Deuteronomio 32:11
¡Qué preciosa Palabra!. El Señor no quiere hijos mediocres; Él anhela hijos que vuelen muy alto, con excelencia; que se atrevan a conquistar los territorios que el mismo Dios entregará a quienes honran su Palabra. Jamás estaremos solos; Él siempre estará alrededor cuidándonos de no caer. Él nos lleva a las alturas y nunca nos soltará de la mano. Definitivamente, no hay nada a lo que podamos temer porque si Dios está conmigo entonces ¡quien contra mi!. Recuerda, el Señor no te ha dado espíritu de temor sino de poder, amor y dominio propio.
Que el Señor los bendiga.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica