Filipenses 1:6

"Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo". Filipenses 1:6
 
La creación de Dios no se detiene, siempre está en constante evolución. Por ese motivo, Él no desea que sus hijos se detengan  o se estanquen; por el contrario, anhela que crezcan espiritualmente y produzcan mucho fruto. Quienes conocemos al Señor y nos hemos mantenido aprendiendo de Él podemos recordar lo que fuimos en el pasado y la trayectoria que hemos seguido hasta el día de hoy. Reconocemos la verdad de su Palabra cuando dice que hemos nacido de nuevo, que somos nuevas criaturas y que las cosas viejas quedaron atrás. Él nos ha cambiado para bien y podemos percibir su voz mostrándonos un camino muy diferente al que recorrimos; hoy, podemos decir que todos los días son buenos y que la fortaleza de Dios está con nosotros para continuar. Con Él cada día somos más fuertes y sabios gracias al crecimiento espiritual producto de su compañía. Él nos llevará de la mano y nos irá perfeccionando hasta el día en que lo veremos cara a cara y entonces, como Pablo, podremos decir: he peleado la buena batalla de la fe. De igual manera, reconoceremos que, en los momentos dificiles, nunca estuvimos solos y que cuando, por diversas circunstancias, quisimos detenernos en el camino Él nos levantó en sus brazos y nos permitió continuar.