Filipenses 2: 9-11

"Por lo cual Dios también le exhaltó hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra y debajo de la tierra. Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para gloria de Dios Padre". Filipenses 2: 9-11.
 
¡Qué versículos tan extraordinarios!
Jesucristo es el Señor de Señores y el Rey de reyes. No hay otro nombre por sobre su nombre; todo permanece bajo el estrado de sus pies. Él tiene el control de todas las cosas y mantiene derrotado a Satanás pues lo venció al dar su vida por nuestra salvación pues hoy sabemos que podemos arrepentirnos de nuestros pecados para obtener el perdón y, de esa manera, reconciliarnos con el Padre y disfrutar de su presencia; por eso, quienes confiamos en el Señor echamos fuera todo temor pues sabemos que Él nos libra de las artimañas del diablo; sin embargo, cuando el hombre se aparta de Dios es presa facil de Satanás el cual viene como león rugiente para matar, destruir y robar. Busquemos cada vez más al Señor; Él anhela nuestra cercanía; disfrutemos de su luz admirable y postrémonos ante su presencia porque ante Él nadie puede mantenerse de pie. Los ángeles del cielo se inclinan frente a Él; las rodillas de los hombres se doblan para adorarlo; incluso, los demonios bajo la tierra confiesan que Jesús es el Señor. Él es el Rey y el Señor de su vida. Humíllese ante su presencia y Él lo exaltará.
Que el Señor los bendiga.