Hebreos 11:27

"Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al invisible". Hebreos 11:27
 
Esos versículos nos muestran lo que la fe puede hacer en un ser humano. Moisés fue un niño hebreo pero llegó a ser príncipe en el palacio del Faraón. El gozó de privilegios y riquezas pero lo abandonó todo ante el llamado de Dios quien lo escogió para ser el libertador de su pueblo. En el desierto enfrentó el enojo y el descontento de los israelitas quienes pronto se arrepintieron de haber dejado Egipto.

El pueblo de Dios carecía de fe pues aun y cuando sabían que Dios los guiaba hacia una tierra próspera se desanimaron y protestaron por el esfuerzo que tenían que hacer para alcanzar la promesa de un futuro de bendición. Sin embargo, Moisés lo resistió todo porque puso su mirada en el Dios que todo lo puede y enfrentó, sin temor, el poderío del Faraón. Aun y cuando no veía a Dios sabía que era real y verdadero. La fe que movió a Moisés es la misma que hoy nos debe mover a nosotros. Al igual que Moisés, nosotros nos sostenemos porque creemos en el "invisible".

Es muy sencillo creer en lo que vemos pero no es fácil creer en un Dios Todopoderosos a quien nadie a visto. Por eso es que nosotros los cristianos no caminamos por lo que vemos sino por lo que creemos. Las pruebas no nos deben detener; lo que ven nuestros ojos naturales no nos debe desalentar; solo con nuestros ojos espirituales podemos ver las bendiciones y las promesas que se nos acercan. Solo por fe podemos declarar que somos sanos, en el nombre de Jesús, aun y cuando el médico da otro diagnóstico; solo por fe podemos ver provisión cuando los bolsillos están vacíos; solo por fe se obtiene trabajo cuando el desempleo aumenta. Por fe llamamos las cosas que no son como si fueran. Piense en ese gran anhelo con el que sueña, piense en esos grandes planes que tiene para su vida y no dude; por el contrario, comience a verlos como una realidad.

Sea una personas agradecida y, en fe, dele gracias al Padre porque una lluvia de bendiciones vendrá sobre usted. Recuerde: "la fe es la certeza de lo que espera y la convicción de lo que no ve" Hebreos 11:1. No dude porque su incredulidad no le permitirá ver lo que espera. Recordemos también lo que Jesús le dijo a la mujer cananea cuya hija estaba enferma: "entonces respondiendo Jesús dijo: oh mujer grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora" Mateo 15: 28. Hágase contigo como quieres, dijo Jesús y como sus palabras permanecen para siempre en su vida será hecho lo que usted anhela para la Gloria y la Honra del Señor.

Que el Señor los bendiga.