"Para dar luz a los que habitan e tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz". Lucas 1:79
Por medio de su Palabra, Dios da instrucciones a sus hijos; dichas enseñanzas son para salvación pues quienes, en obediencia, las siguen comienzan a sufrir una verdadera transformación gracias al poder del Espíritu Santo. Esas personas dejan atrás la oscuridad y la confusión que los envolvía e inician una vida diferente, nueva para ellos, en donde la claridad, la rectitud y la transparencia de sus actos les da libertad. Dios les brinda la fuerza y la sabiduría para romper con las cadenas del pecado y la paz llega a la vida de las personas; entonces será posible conciliar el sueño, sonreír y tener esperanza; alcanzan ese estado de gozo y estabilidad quienes, por voluntad propia, le dicen al Señor ¡heme aquí, haz lo que tengas que hacer!. Poco a poco, en un proceso transformador, la presencia del Señor irá sanando capítulos en la vida de las personas y les dará la oportunidad de comenzar de nuevo.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica