Levantar alas como águilas...

Mateo 3: 17, 17

24.06.2009 11:34

“Jesús después que fue bautizado subió luego del agua y he aquí los cielos le fueron abiertos y vió al Espíritu de Dios que descendía como paloma y venía sobre Él y hubo una voz de los cielos que decía: este es mi hijo amado en quien tengo complacencia”. Mateo 3: 17, 17

 

Que escena incomparable! Juan el Bautista bautizó al Señor en las aguas, un bautizo que simboliza que emergemos libres de todo pecado. Pero luego, el propio Padre se encarga de bautizarlo con su Santo Espíritu y hace que descienda de los cielos el poder y la autoridad que Jesús necesitaba para que cumplir con su ministerio en la tierra. Pero luego escucha la voz que anuncia que Jesús es su hijo amado. En este pasaje se manifiesta el gran misterio de la Trinidad de Dios. El hijo que es bautizado, el Espíritu Santo que desciende sobre Él y el Padre que se complace y que permanece en los cielos.  Hoy, quienes, por voluntad propia, hemos recibido el Espíritu Santo de Dios oímos la misma voz que el Señor escuchó en su momento y que nos dice: esta es mi hija o este es mi hijo en quien tengo complacencia. Que privilegio; definitivamente, no hay otro igual.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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