Levantar alas como águilas...

Nacida en dos mundos

16.09.2009 09:29

¿Será posible eso? Suena algo ilógico, sin sentido.  Pero a mí como a muchos otros le ha ocurrido. ¿Cuáles son esos dos mundos?  ¿Están aquí o en otra galaxia?

Puede ser que nunca hayas escuchado de uno de ellos pero el otro sí es conocido por todos.  Se llama mundo terrenal.  En éste nací un 19 de agosto hace ya cincuenta y resto de años.  Por muchos años viví en él y para él la mayoría de ellos, entregada a los placeres que nos ofrece, a vanidades, deleites carnales, momentos efímeros y tantas otras necedades.

En el año 1999 me hablaron de un mundo desconocido para mí, lo cual llamó un poco mi atención, sin embargo, continué sumergida en el mundo terrenal ya conocido, solamente algo inquieta por ese otro del que había escuchado.

Pasaron algunos años más y poco a poco esa inquietud se fue volviendo interés, quería conocer más y preguntaba constantemente a personas que vivían en él y la respuesta siempre era la misma, que habían echo la mejor elección de su vida al decidir vivir dentro de ese mundo.

Tal vez te intrigue a cuál mundo me refiero.  Más adelante lo mencionaré.  De todas formas puedo decirles que fue en el año 2007, para ser más exacta el 02 de febrero que tomé la decisión de vivir en ese mundo nuevo y créanme que hasta la fecha no me arrepiento de haber hecho esa elección.

Ese día volví a nacer (Juan 3.7 “No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo”.), atrás quedaron muchas cosas, algunas de ellas agradables y otras no tanto, lo más importante es que toda mala elección que hice en el pasado fue borrada y ahora las cosas son hechas nuevas (Isaías 43.18-19 “No os acordéis  de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.  He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?  Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad”).  Ahora no vivo yo sino que Jesús vive en mí y nada del pasado me ata, Él llevó mis cargas, mis temores, preocupaciones, afanes, malos deseos, desamor, enfermedades y todo lo que usted quiera imaginar a la cruz del calvario y  soy libre de toda atadura,  salva por su sangre bendita y sana por sus llagas.

¿Ya saben de cuál mundo hablo? Sí,  estoy hablando del mundo espiritual, del Reino de Dios al cual todos somos llamados, algunos elegimos vivir en él, otros desestiman el llamando y viven en el mundo terrenal entregados a los placeres de ese mundo.  Yo preferí creer en ese reino  espiritual que no pertenece a este mundo y tener la esperanza de disfrutarlo a plenitud cuando parta del mundo terrenal o cuando el Señor Jesucristo regrese por su pueblo santo.

Mientras ese momento llega me entrego de lleno a ganar ese reino, cumpliendo en la tierra los requisitos que Dios demanda de cada uno de sus hijos e hijas, a saber, amarlo sobre todas las cosas, obedecer su palabra, leer y ser hacedor de su palabra, la cual dejó escrita hace muchos años por  revelación del Espíritu Santo a tantos hombres que dispusieron su corazón para que hoy podamos conocer más de Dios, amar al prójimo como a nosotros mismos y otros mandamientos (Ex.20.3 -17).  A cambio de la obediencia  nos dejó sus promesas las cuales juró por si mismo al no haber nada superior a Él, y dijo que las cumplirá en su tiempo.

Pero no solo promesas nos da, también están sus bendiciones, su protección, su cuidado de padre, su amor sin  medida, su misericordia que es nueva cada día, su gracia, su poder y podría seguir enumerando cosas.

Ahora entiendes porque soy nacida de dos mundos (no me confundas con la leona de dos mundos, eso fue una serie de T.V.).  Tú también puedes serlo si quieres, si tomas la decisión de dejar lo superfluo, lo temporal, lo transitorio, lo que nada deja, lo que de momento llama la atención pero luego deja un gran vacío.  Para eso solo debes rendir tu corazón ante Jesús, pedirle perdón por tus errores, declarar que Él es tu salvador y que con su muerte y resurrección te hizo libre, también le pides que anote tu nombre en el libro de la vida.  Cuando el arrepentimiento es genuino, Dios no rechaza a una persona de corazón quebrantado, sino que la recibe con sus brazos amorosos y eres persona nacida de nuevo en el mundo espiritual, ese día hay gran gozo en el Reino de Dios.

Quienes me conocieron en mi primer nacimiento descubren el cambio que se manifiesta ahora en mi persona y muchos no entienden cómo sucedió

Probablemente esas personas no han nacido de nuevo y por eso se asombran, quienes ya experimentaron el nuevo nacimiento sí comprenden este cambio.  Por supuesto que el cambio debe ser drástico, porque de lo contrario no quedaría manifiesto, la ventaja es que al nacer de nuevo puedes corregir errores del pasado y llegar a ser mejor persona, mejor compañera (o), mejor madre o padre, mejor hermana (o), mejor esposa (o), etc.

Ha sido una gran bendición compartir estas letras, más aún si han logrado calar en su corazón. Este pequeño granito puede germinar en su vida si así lo decide, no se preocupe, solo deje que lo siembre, el Señor hará lo demás.

El Señor le bendiga abundantemente.

 

Ana Teresa Céspedes Cardosa

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Lilliana María Incera Villalta

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San José, Costa Rica

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