Emprendamos el día de hoy una semana en la cual reconozcamos la soberanía y poderío de Dios en nuestro diario vivir.
“El que guarda su boca guarda su alma. Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”. Proverbios 13:3
Cada Palabra que salió de la boca de Dios evidencia que nadie lo iguala en sabiduría. Realmente hay que tener mucho cuidado con las expresiones que salen de nuestra boca; sobre todo, cuando estamos influenciados por nuestras emociones. Cuando las circunstancias nos roban la paz y las emociones, como la cólera, el resentimiento, la amargura, la desesperación, toman su lugar entonces es mejor callar. De lo contrario, como lo dice la Palabra de hoy, vendrá a nuestra vida la calamidad y el abatimiento. Si eso ocurriera, y habláramos más de la cuenta, ofendiendo a otros, Dios nos llama al arrepentimiento y al perdón. Dios honra a quienes tienen una actitud humilde y claman a los cielos para que el Espíritu Santo les de dirección y sabiduría durante nuestro tránsito por la vida. Cada uno de nosotros puede edificar, construir o bien derribar y destruir con los dichos de nuestra boca. Que el Señor los bendiga y que cada uno de sus pensamientos sean llevados cautivos a la mente de Cristo.
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica