“El Señor es justo y ama lo que es justo. Por eso lo verán cara a cara los sinceros”. Salmo 11:7
Ser sincero es poder enfrentar a las personas de frente cuando tenemos con ellas problemas. Es dejar el chisme de lado y desear, de todo corazón, que las cosas marchen lo mejor posible entre todos, sobre todo con aquellos con quienes tenemos algún tipo de problema. Jesús caminó por esta tierra para enseñarnos un estilo de vida. Nos advierte que la justicia y la sinceridad es importante todos los días. No tenemos idea cual será el día en que nos llame a su presencia; puede ser hoy, mañana o dentro de muchos años pero lo cierto es que, cuando llegue el momento, todos desearemos verlo cara a cara. Que bendición, no puedo siquiera imaginarlo. Por eso pidamos ayuda al Espíritu Santo para que nos ayude en nuestro diario vivir y podamos ser como Él: ¡sinceros!
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica