1° Pedro 4: 12,13

"Amados no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido como si alguna cosa extraña os aconteciese. Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría". 1° Pedro 4: 12,13
 

Las pruebas no son extrañas en nuestra vida y, como dice la Palabra, no deben de sorprendernos. No quisiéramos que se presentaran pero lo harán y, en algunas ocasiones, no se trata de cualquier acontecimiento sino de uno fuerte que quema como el fuego. Al igual que el Señor Jesucristo también seremos tocados por esas circunstancias que nadie anhela; pero, la ventaja es que Él nos enseñó como superar esos tragos amargos que nos pueden tambalear pero jamás derrotar. El Señor sabía que su fortaleza procedía del Padre; por ese motivo, nunca se separó de Él. Siempre lo buscó; oraba todo el tiempo, solo o con sus discípulos; nunca rehuyó los momentos más dificiles de su vida; por el conhtrario, fue hacia ellos, sabiendo lo que le esperaba pero confiando en que la cercanía del Padre le permitiría salir victorioso y así fue. Hoy, gracias al conocimiento que tenemos del Ministerio del Señor Jesús podemos declarar que todo lo podremos enfrentar porque Él nos dará la fortaleza para lograrlo. Seremos como una casa firme construida en la roca pues ni el viento más fuerte podrá derribar. Y, cuando el día malo pase, nos daremos cuenta que de la experiencia salimos aún más fuertes y más capacitados para continuar con nuestra vida y para enfrentar lo que tenga que venir.