El mes de la navidad es una época muy especial, celebrada en casi todo el mundo. La gran mayoría de personas irradian felicidad, pero también hay que reconocer que es una época de mucha impulsividad, de riesgos, fiestas y malas decisiones.
El gran problema con estas malas decisiones, es que a diferencia de otras épocas del año, las consecuencias no se sienten en el momento, sino que las facturas se cobran hasta el mes de enero, de ahí que muchas llaman “la cuesta de enero”
Tenemos la intención de advertirles, a través de esta lectura que este mes los resbalones no son pequeños, este es tiempo de analizar, pues ahora más que nunca no todo lo que brillará será oro. No hay errores en minúscula, analiza la siguiente historia y luego continuamos.
El 16 de abril de 1947 en Texas City, Texas, EE. UU, de N. A., ocurrió una violenta explosión, la cual fue considerada como la más grande que se ha producido, a parte de las explosiones atómicas que se han efectuado. Tres barcos que contenían explosivos volaron por los aires, y la población de Texas City fue inundada con flameantes desechos que destruyeron casi instantáneamente una fábrica de productos químicos valuada en diecinueve millones de dólares y produjo cientos de incendios.
Hubo 551 muertos, 3.000 heridos graves, y una pérdida de cincuenta millones de dólares por los daños producidos en los edificios. Todos estos perjuicios fueron causados por la desobediencia de un marinero que, violando la prohibición expresa de fumar, fumó, y arrojó la colilla del cigarro sobre alguna cosa inflamable; entonces se produjo un pequeño incendio que se comunicó a los depósitos de municiones, y después vino lo peor… la catástrofe. Todo, por la desobediencia de un solo hombre.
Cuando se le preguntó al hombre si estaba conciente de su error, él argumentó con toda tranquilidad que solo había sido un pequeño descuido.
No somos Ebenezer Scrooge, pero si seremos visitados en estas fechas por fantasmas, algunos de nuestros fantasmas son:
Le regalamos algunos consejos válidos para estas fechas:
Intentemos imitarlo, vivamos este mes agradeciendo a Dios por el regalo de su hijo Jesús, y despojémonos de lo nuestro, pensando en los que nos rodean, eso nos dará plenitud y felicidad.
Lo empinado y largo de la cuesta de enero se determina en diciembre.
Josué Rojas
Pastor de la Congregación Centro de Victoria Cristiana
Lilliana María Incera Villalta
San José, Costa Rica