Levantar alas como águilas...

Génesis 2:7

28.09.2009 09:12

"Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente". Génesis 2:7
 
La Palabra de Dios no pierde vigencia. El poder que emana de ella permanecerá por los siglos de los siglos. Por ese motivo, el aliento de vida que Dios sopló sobre Adán en aquel momento es el mismo poder que Él sopla sobre nuestras vidas todos los días. Dios nos hizo a su imagen y semejanza; por lo tanto, somos seres espirituales y podemos mantener una comunión permanente con su Espíritu Santo. Si fuéramos solamente carnales no podríamos aproximarnos a Él y estaríamos inmersos en el pecado.

La presencia del Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas produce un fuego, un avivamiento sobrenatural y esa relación con Él nos lleva a experimentar transformaciones radicales; por ejemplo; permite que reconozcamos el pecado que nos aparta del Padre Celestial y nos exhorta a que tengamos un arrepentimiento genuino. 

Tanto el hombre como la mujer están espiritualmente muertos cuando viven inmersos en un mundo pecaminoso. La paga del pecado es muerte, dice la Palabra de Dios en Romanos 6:23. Sin embargo, tengamos presente que, por su infinita misericordia y amor, el Padre viene en rescate de sus hijos cuando éstos claman por su presencia. Es entonces, cuando Él, todos los días, viene a soplar aliento de vida sobre nosotros y esa fuerza sobrenatural nos permitirá enfrentar, con éxito, las pruebas que con frecuencia se nos presentan. Él es la ayuda perfecta; Él es quien todo lo puede; Él es quien rompe las cadenas para que usted sea libre del pecado. Permita que el fuego del Espíritu Santo de Dios lo consuma y experimente una vida nueva llena de paz y gozo.

Que el Señor los bendiga.

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Lilliana María Incera Villalta

lincera03@hotmail.com

San José, Costa Rica

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