Jeremías: 9: 23,24

El Señor dice: que no se enorgullezca el sabio de ser sabio; ni el poderoso de su poder; ni el rico de su riqueza. Si alguien se quiere enorgullecer que se enorgullezca de conocerme, de saber que yo soy el Señor que actúo en la tierra con amor, justicia y rectitud pues eso es lo que a mi me agrada. Yo el Señor lo afirmo". Jeremías: 9: 23,24
 
Hay personas que se jactan de su poderío, riqueza y sabiduría; son arrogantes pues consideran que están por encima de los demás. En sus vidas la comodidad está presente pero el vacío también. No se han detenido a pensar que todo en la vida es efímero y que podrían vivir la experiencia de perderlo todo.

Quienes han vivido esa realidad han reconocido que sus días tomaron un rumbo equivocado y, como consecuencia, tuvieron que sufrir las consecuencias de sus errores. Después de duras pruebas, muchos han reconocido que pudieron evitarse muchos problemas si Dios hubiera sido la prioridad en sus vidas.

Lástima el tiempo que perdieron y los sufrimientos que experimentaron pero fue necesario que cayeran para que luego fueran levantados. Nunca es tarde para darle a Dios el primer lugar en nuestra vida; solo Él tiene el poder de bendecirnos con la seguridad, la felicidad y la paz que perduran porque "el cielo y la tierra pasarán pero mis Palabras no pasarán" dijo el Señor, Lucas 21:33.  

Todo se irá agregando poco a poco a nuestras vidas porque Dios lo puede todo y su amor es infinito; sin embargo, hay una condición: el primer lugar es para Él.

Que el Señor los bendiga.