Miqueas 6:6,7,8

"Con que me presentaré ante Jehová y adoraré al Dios Altísimo? Me presentaré ante Él con holocaustos, con becerros de un año?. Se agradará Jehová de millares de carneros o de diez mil arroyos de aceite?. Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno y que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia y humillarte ante tu Dios".
Miqueas 6:6,7,8
 
Con mucha frecuencia, el hombre se pregunta una y otra vez de que manera puede agradar a Dios. Ante esa duda, llega a realizar sacrificios que muchas veces atentan contra su propia vida pues consideran que, de esa manera, el Señor le mostrará su complacencia. Sin embargo, el profeta Miqueas menciona, con claridad, que es lo que le agrada a Dios.

Al Padre, que está en los cielos, no le agrada que sea afligida la carne; a Él le interesa el corazón del hombre porque de lo que abunda en él hablará la boca. A Dios le interesa que los seres humanos se traten con respeto y amor; que tengan misericordia los unos con los otros y se perdonen las faltas y que, ante todo, dejen la soberbia y el orgullo, que no sean sabios en su propia opinión y que dependan, en todo, del Señor.  Por lo tanto, la manera con la cual podemos agradar a Dios es muy sencilla: seamos fieles a Él y obedientes a su Palabra.

Sin embargo, quienes tienen un corazón endurecido no pueden adoptar esa conducta con facilidad; entonces, es indispensable clamar al Espíritu Santo de Dios para que esté presente en sus vidas y los convenza de lo que es bueno y recto ante los ojos de Dios. Dele la bienvenida al Espíritu Santo en su vida y comience a conocer y a experimentar la verdad que Él desea enseñarle.

Que el Señor los bendiga.